12.29.2016

Wedding day

No me había tomado el tiempo para guardar los detalles de una gran memoria, mi boda y aunque recuerdo que hice una lista de los detalles sobresalientes y consejos que quería compartir, la guardé en mi bolsa por 2 meses hasta que la tiré, y ahora sólo escribiré lo que realmente está presente.

El 15 de Octubre desperté en la habitación de un hotel, la había alquilado desde una noche antes; fue difícil dormir, sólo pedía al cielo por buen clima, lo que toda novia quiere si la recepción es en jardín.

Fue una mañana con mucha neblina, pero sin problema, fui a desayunar sola porque mi mamá ya había ido desde las 6 de la mañana, no podía esperar más a mi amiga de Puebla puesto que la cita con la maquillista era a las 10:30 de la mañana, y ya eran las 10.  Pily, es una amiga que conocí en Sevilla mientras estuve de intercambio, y la invité porque aun mantenemos contacto.  Después ella llegó, se quedaría en mi habitación hasta que le dieran la suya, habitación que estuvo lista hasta las 5:30 PM, pues parece que los huéspedes anteriores habían vomitado por toda la alfombra, tanto como la niña de la película "El Exorcista". Esto es lo que recuerdo:

La Maquillista
Por fin llegaron apuradísimas la maquillista y peinadora, aunque puntuales, parecía que trabajaban en turbo.  No me había distraído un poco cuando habían terminado en sólo una hora, usualmente, tardan hasta 2 a 3 horas si son muy lentas, pero eran 2 chicas y muy lentas.  Cuando me mostraron el espejo vi algo que no se parecía mucho a como lo habían hecho en el ensayo de maquillaje, otro tono de labial, otro color de sombras y en general maquillaje muy cargado, lo odié, y les pedí que lo arreglaran, al final lo mejoraron un poco pero la iluminación del cuarto no ayudó.  Se fue la maquillista y la otra chica casi corriendo porque tenían otra cita. Esa fue la primera molestia del día, les pagué $3,000 pesos por ir a domicilio, carísimo y para colmo no me dieron el tiempo ni cuidado que necesitaba.  

El ramo
Mientras me terminaban de arreglar, llegó otra amiga a llevarme mi ramo, estos son los antecedentes:
Ella se ofreció a ser mi madrina de ramo, es decir, a regalármelo, me gustó la idea pero me preocupé desde un inicio, así que traté de especificarle lo mayor posible los detalles, le mandé imágenes en distintas ocasiones, en realidad no era nada sobresaliente.  Era un ramo de rosas blancas en forma de bouquet y con un listón azul marino cubriendo el tallo, no era nada complicado.  Le estuve preguntando que si como iba y me dijo que había ido a varias florerías pero aun no estaba convencida y que los precios eran muy altos, hasta 900 pesos por un ramo. Yo le dije que yo le ponía 500 pesos, que no había problema pero quería estar segura que quedara como el que yo me imaginaba.  No acepto mi cooperación. Días antes de la fecha, dijo que lo haría ella misma, sinceramente me asusté muchísimo, que aunque ella siempre ha sido muy creativa, no es lo mismo hacer un ramo por primera vez a dejárselo a los profesionales. 

Aun me maquillaban cuando llegó, me dejo el ramo a un lado de la televisión y se fue porque se le hacía tarde para ir a arreglarse.  Tomé el ramo y no lo podía creer, era un ramito con flores casi color crema, con las pétalos quemados y casi marchitos, las flores no estaba firmes, la verdad era un ramo deprimente y se veía un poco menos pequeño que el de las damas.  En ese momento, no pude ni agradecer el detalle que mi amiga me hizo con todo el cariño del mundo y que se esforzó para hacerlo, pero era el día de mi boda y todo lo quería perfecto, al menos no quería un ramo casi marchito, sentía que sería mala suerte.  Mi mamá no estaba para solucionarme la vida con este caso, y no quería que mi amiga me viera hacer un berrinche. No me pude contener y me fui al baño a llorar de coraje,  sólo reforzaba mi nivel de control freak, "Debí encargarme yo!" y más coraje me dio porque me acababan de maquillar. 

Le llamé al novio llorando como niña malcriada y le conté, le pedí que fuera a alguna florería y me consiguiera un ramo blanco, aun faltaban 4 horas.  Al paso de una hora, llegó con un ramo de flores entre anaranjadas o rosas, era lo único que había encontrado, eso no me molestó.  El ramo era igual de pequeño que el otro, no lo soporté y aventé los dos a la fregada (a la mesa...).  Llegó mi mamá  hecha un payaso por haber ido con una maquillista que le cobró 300 pesos y rechazó la cita que le había hecho yo en un salón. El peinado era horrible y su ceja maquillada parecía de chola, para ponerla más nerviosa   y vio el primer ramo y dijo "¿Qué es esto? ¡Qué feo!", y ahí estábamos madre e hija con ganas de llorar. Pily fue la salvadora, de los 2 ramos me hizo uno sólo que quedó decente y le arregló el maquillaje y peinado a mi mamá. Fue mi heroína.

El vestido
Me fui a dormir un rato en el sillón de la sala para no arruinar el peinado, llorar me agota y ya estaba cansada.  Al despertar de mi siesta, tomé mi celular entré a facebook y no me podía creer lo que estaba viendo, mi amiga había publicado una foto de mi vestido. ¡En facebook! dónde tiene a mi prometido y otros amigos como sus amigos. ¡La quería matar! ¿Quién hace eso? No sabía la regla general, de que mostrar el vestido de novia antes de la ceremonia es casi un crimen.  Respiré y me dirigí a la habitación, aun le seguía tomando fotos al vestido. Sólo le dije, Pily puedes borrar la foto, tienes a Remigio entre tus amigos.  Hasta ese momento creo que asumió lo que había hecho.  No le dije más, bastante ya me había ayudado y vino desde Puebla, no podía hacer sentir mal a mi amiga, me domé.

La Misa
Ya me llevaban lista, uno de mis tíos conducía y yo con mi kit de emergencia (de novia)  a un lado de mí. Faltaban 3 minutos para la hora, le pedí a mi tio que se estacionara en contraesquina para ver que sucedía por fuera, y en eso sentí que algo se soltó, el tirante de mi vestido se había descosido. Me quería morir del pu... coraje y pánico, no dejaba de decir groserías frente a la casa de Dios :D, vacié todo mi kit de emergencias en búsqueda del hilo y la aguja, se me cayó la aguja.  De nuevo llegó Pily a salvarme la vida, y con un segurito y 3 intentos fallidos, logró mantener el tirante en su lugar.  Me bajé en la Iglesia, iba llegando mi papá, saludé a los pocos que estaban afuera. El fotógrafo tomó algunas fotos y al tomar el brazo de mi padre para entrar, de nuevo, el tirante se despegó... a segundos de entrar a misa.  Pensé un tan catártico "¡A la chingada!" y me arranqué los dos tirantes. entré a la iglesia y mi espíritu se apaciguó. Entraba tranquila y emocionada al ver al novio del otro extremo, con una ligera sonrisa de nervios.

En realidad ese es el momento que importa, la celebración del matrimonio,  el hecho de comprometerse ante Dios que esa relación durará toda la vida, y que harás lo posible por hacer cada día feliz. Disfrute esa hora, el rito, la entrega de los anillos, las arras, el ramo, escuchar al novio decir sus votos y yo decir los míos.  Me sentía especial, feliz, ya estábamos casados.

Después de eso, nada importa más.  Tuvimos una bonita fiesta, la gente la disfrutó sinceramente, nosotros también, tuve una gran wedding planner que no me dejó preocuparme de nada en referencia a la fiesta.  Todo pasó muy rápido pero valió la pena.

Al final,
Nunca van todos los invitados que te dijeron que sí, incluso lo más ultra-súper confirmados (se quienes son y les guardo resentimiento cuando los veo).
La gente no se sienta en la mesa que les asignaste.
Siempre hay una persona que se mete en dónde nadie le llamó y se atribuye honores que no le corresponden.
siempre tienes gastos inesperados y significativos.
La canción que querías bailar suena cuando estas ocupado saludando a los invitados.
No logras desquitar tomando el proporcional de alcohol que pagaste, porque simplemente no estás en un sólo lugar.

Aun así, fue un momento que quisiera repetir, que es inolvidable y sólo puedo decir que valió la pena, que son más los momentos divertidos y positivos que todo el mal rato que pasé por la mañana.



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