12.31.2019

2019

El post obligado, que aunque no he estado muy presente, siento la necesidad de hacer un análisis psicológico del 2019, or not.

2019 se reduce a la palabra cansancio: cansancio por falta de sueño, por tener que malabarear entre mi vida laboral y privada, cansancio de sentir de más, de temer, de refunfuñar, de amargarme los días yo solita.

En el 2019 estuve embarazada, tuve a una bebé, compré por fin un carro decente, me ascendieron en mi empleo, tuve problemas con una compañera de trabajo que al final renunció, robaron mi casa, me sentí insegura, tuve contracturas musculares y vertebras tensas, subí de peso, jugué con mi bebecita muchísimo, hice nuevos amigos, recuentros, desencuentros, crisis existencial, quisé salir corriendo de la oficina como es normal con el alto grado de estrés porque no recontratan las vacantes que quedan abiertas y solo redistribuyen las tareas.. bla, bla, bla.

Ahora que soy mamá, no me gusta esto de ser más sensible, de ser más empática con la naturaleza, los animales y sobre todo, los bebés.   Ahora, no puedo ver ningún video de bebés sufriendo, enfermos o maltratados porque rompo en llanto sin mesura. Y es que no me gustaría ver a mi dulce hija sufriendo.  Me he vuelto más insegura y paranoica pero sin ser sobreprotectora, con tantas noticias feas circulando por ahí... Don't get me wrong, he disfrutado esto de la maternidad, abrazo los momentos en los que solo estamos despiertas ella y yo a las 3 de la mañana mientras la alimento, pero confieso que me da a veces coraje ver a su papá dormir sin despertarse y yo, ser la que despierta por cualquier ruido que produzca mi "changuita", en estado de alerta, como si me pellizcaran el corazón ligeramente.

No voy a decir que el amor a un hijo es lo más sublime y es el amor más fuerte, porque no lo considero justo, todos amamos a nuestra manera y en ocasiones no hay límites para nuestros hermanos, pareja, papas, mascota o amigos.  Lo que si puedo decir desde mi campo de referencia es que amo a mi bebé y la quiero en mi vida, siempre sana, feliz e íntegra.  Me parte el alma encontrarme con noticias devastadoras de accidentes y enfermedades, tengo miedo a que me suceda, ¡Qué gran paranoia!

Siempre creí que tener hijos es una manera de ser egoísta y lo sigo creyendo.  Pero por otra parte, si no tienen hijos, se ahorran una lista enorme de preocupaciones innecesarias.

Dejando a un lado el pesimismo, me siento afortunada de los tiempos y el lugar donde me toco nacer y vivir, sin guerras y sin hambre. Me gusta la consciencia que se está creando para tratar que el planeta se vaya a la m....da más lento.

No recuerdo mis propósitos para el  2019 y no tengo preparados los de 2020, pero debo trabajar en ellos y saber como me voy a organizar para poder tiempo para mi... Deseo tanto un viaje a la playa para mi solita... vamos a ver si por lo menos acompañada.

Nos vemos pronto.