Estoy disfrutando este dominguito por la mañana, haciendo planes con las amigas para salir de Mexicali un fin de semana. Preparé el desayuno, pancakes, o como a mi me gusta decirle "panquecas", también lo acompañé de tocino y un jugo de naranja. Puse de fondo la estación de los 40 principales de España, para acercarme un poquito a mis recuerdos sevillanos.
También me acordé de mi amigo Javi, no puedo creer que se haya ido. Se que los años en los que su alma estuvo de visitante, aprovechó cada segundo en la Tierra, no hay otra persona que conozca que haya viajado tanto y sido parte de tanto proyectos internacionales. Era tan querido, cualquier desconocido se volvía su verdadero amigo. Este Javier Sánchez Lucena era un amor de ser humano. No puedo creer mi gran suerte de haberlo conocido. ¡Qué afortunada de haber sido admitida en aquel taller de Teatro en la Sala Cero!
¿Cómo olvidar una ciudad en la que viví con tanta intensidad? Tal vez tendría que vivir en otra...
