issues

Nunca me había sucedido querer seguir conduciendo cuando no hay un lugar a donde ir, más que a tu casa. Domingo por la noche sólo deseando enfrentar todos los desordenes mentales y incluso llegar a querer ir por un trago fuerte por mi cuenta. 

Con pena admito que difícil me era conducir con toda esta ansiedad de por medio.  Preferí conducir como las personas mayores, a baja velocidad, como cual borracha queriendo evitar hacer destrozos en la vía pública pero sin el alcohol.

Manejaba sin propósito pero con dirección sabía a dónde quería llegar pero no que quiero de la vida.  De una intersección a otra, las preguntas me atacaron:

¿Qué quieres de tu vida?

¿Estas satisfecha con las decisiones que has tomado?

¿Estás contenta con lo que haces?

Sí no hicieras  lo que haces ¿Dónde estarías en estos momentos?

¿Por qué lloras?

¿Por qué sonríes?

Y ahora entiendo, es 2 de Febrero!  Mis crisis existenciales siempre llegan con el año nuevo chino, por eso siempre es hasta Febrero cuando realmente me siento a meditar mis propósitos.

Yo sólo se que algo no anda bien, pero me pude calmar, y no hubo mejor canción para regresar a casa  como la que siguió en el CD de Sclub7, recuerdos de mi pubertad-adolescencia y atardeceres rojos.