9.21.2013

Mexicanos criticones

Así somos, es parte de nuestra educación pobre, criticar mucho y apoyar poco, especialmente con nuestro propio género.

Si los hombres ven a otro más guapo dicen: "Es puñal", o sea gay. Si alguien ve a una persona muy exitosa profesional y económicamente, decimos "Tiene palancas" o "Es un ladrón por eso tiene dinero", " Si las mujeres vemos a otra mujer más guapa o más simpática que nosotras decimos, "es súper whore", "tiene celulitis", "está operada", "pues como no si no hace otra cosa más que ir al gimnasio", "está tonta".  En esta última critica no me incluyo, al contrario, lo admito y hasta digo, creo que me hago gay.

¿A que viene esto? Ví un videoblog de una chica, y al verdad no es para nada lo que estaba esperando por el título. Vi los comentarios de hombres y mujeres del post y todos eran negativos en base a su apariencia y forma de pensar.  ¿Por qué somos así? Tan mochos, tan santurrones, tan mediocres, en estado de contemplación de los demás para no perder oportunidad en notar el primer error y asi atacar... Tal vez para sentirnos menos inútiles, feos e incultos.

Me acuerdo de mi época universitaria en la Facultad de Ciencias Humanas, donde todos se sentían estrellitas, filósofos, críticos de cine y críticos en general. Todos criticaban el trabajo de todos, parecía que la obligación principal se basaba en destruir la labor de los demás.  A veces los trabajos eran bastante buenos, y cuando eso sucedía, nadie mostraba emoción, no había felicitaciones ni comentarios positivos. Por eso sentí que nunca encajé en esa facultad, demasiada negatividad para mi.

Me gustaría que no fuéramos así, reconocer y aprender de lo que los demás hacen bien.  La envidia es un sentimiento muy feo, a veces la he tenido, y no se siente bien, es como un remolino que recorre desde  el pecho hasta el estómago; pero me obligo a admitir porque siento envidia.

La envidia es algo progresivo, si no trabajas en eliminarla, se multiplica hasta que te amarga.  Y por el contrario, si trabajas para deshacerte de ella, cada vez será más fácil no tener envidia.

La próxima vez que vayas a hablar mal, piensa por qué tienes la necesidad de hacerlo. ¿A caso no estás contento contigo mismo? ¿Crees que dejando a tu prójimo con mala imagen te va a hacer lucir mejor?