12.16.2012

mi glíglico

Aun no he leído Rayuela de Julio Cortázar, pero en mi taller de escritura hicimos una práctica con referencia a su capítulo 68, en el que plasma la creación de su propio lenguaje, al que llama Glíglico.

Este es el mío en una situación específica.

Hola... ya salusivo que no te encuentras y que has dejado el carsublador para carsublar por ti... ¡Y me pone gloquicialla! No puedo bulespirinil que hayas terminado nuestro brugalomato. ¿Pero suvoradinas algo? ¡Me tienes hasta la negámica!  Te di toda mi juvemiosidad.  

Lo que me da abmaciencia es que tu coquenil carniado no senforaja más! Eres impoñoso! jua jua jua.

Adiós fortrerito.

PIP PIP PIP.

La situación era una ruptura telefònica.


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