12.09.2012

ángeles que viven

Era una delicia ver a esa familia, tan llena de amor y envidiable, me atrevería a asegurar que casi perfecta, y agrego el "casi" sólo por cumplir con el paradigma de que no existe la perfección en los humanos.   Ahora me inunda de tristeza saber que perdieron por segunda vez a la creación más joven, un bebé cuya bienvenida a la vida fue apenas unos meses.

No tengo hijos, sólo a mi padre y madre, y nunca he sufrido de la pérdida de un ser querido, pero puedo imaginar lo terrible que debe ser dejar partir a tu propia carne, después de desear con vehemencia su llegada.

Es en estos momentos cuando me desconcierta la lógica de la existencia, admito que no sabría como tomarlo, probablemente mal, me molestaría tal vez con Dios, no sé y espero no saberlo aún, pero este caso es diferente porque un ser  tan pequeño sólo pudo haber tenido una gran misión en su breve estancia que sólo sus padres y hermanito mayor saben. ¡Qué bendición de haber cumplido una misión tan pronto sin conocer el lado negativo de la humanidad!  Unos llevamos más tiempo respirando y ni siquiera estamos cerca de cumplirla ni conocerla.


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