Me estoy recuperando de una gripe, pero ese no fue impedimento para ir al gimnasio. Al llegar, no había estacionamiento, entré y las caminadoras estaban ocupadas, y mi intención era caminar porque no quería esforzarme mucho ya que no me siento muy bien aun. Vi que había 2 caminadoras desocupadas y ninguna servía. Se desocupó una pero estaba tan inestable que decidí bajarme. Me puse de mal humor.
Recibí una llamada que no me dejó muy tranquila y más histérica me puse, tanto que ni las endorfinas del ejercicio me calmaron. Fui al banco y había mucha fila, arrgghh, a todo le veía el lado negativo, pero eso terminó cuando fui a comprar muchas cositas interesantes para mi.
No hay nada más relajante que ocuparse de una misma. Spa en casa: tinte de cabello, manicure y pedicure para terminar con un facial!
Ahora sí, bonito fin de semana.