Pues esta vez, después de alejarme por 3 semanas decidí dar una segunda oportunidad, pero no porque me crea la dueña de todo poder y sea yo la única con el don de perdonar... si no porque sentí que debería intentar no ser tan prejuiciosa así que me aventuré al camino del "perdón" y olvidar, como si fuera la primera vez...
Regresé a donde creí que no pertenecía ni tenía algo en común con ese grupo, pero me encontré con la dicha de saber que no dejé de pertenecer, y de que ese alguien que pensé grosero me dio el mejor de los recibimientos y de ambas partes fue sincero.
Definitivamente es algo que debo seguir practicando, pues ese mal sabor de boca pudo haber sido sólo mi imaginación o mi hipersensibilidad, ¿Y si no lo fue? Total.... ¡qué importa ya si se ha empezado de nuevo y el pasado ya no importa!
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