Recuerdo que desde los 18 decreté que me casaría a los 30 años, parece que así será. Y no puedo esperar a que pasen los días para hacerlo. No creí que llegaría el momento en el que conocería a alguien que me hiciera sentir emoción por hacerlo. Despertar con alguien a mi lado, conocer nuestros más íntimos secretos, sentarse bajo los árboles del patio y tomar café, cerveza o vino y platicar de trivialidades.
Conocí al hombre más noble y dulce y me siento afortunada por que me ama, me busca, me considera hermosa y buena compañía, y porque con mucha seguridad me pidió que me casara con él. Lo amo todo completo, por su corazón lleno de bondad, por su historia familiar, valores y cultura, por ser tan cascarrabias como yo, por sus piernitas flacas, porque sus deliciosos platillos, por todo lo que hacemos, jugamos y decimos cuando nadie nos ve, por su paciencia en el amor.
160 días más para tener otro "mejor día de mi vida".
I am loving this 30.